Esta obra es una de las bromas más geniales de la historia de la música. En 1745, Luis de Borbón, delfín de Francia y heredero al trono de Luis XV, se casó con la infanta María Teresa de España, mujer poco agraciada según las crónicas. Encargaron la música a Jean-Philippe Rameau (1683-1764). Éste tuvo el atrevimiento de crear una comedia con una protagonista grotesca, la ninfa del pantano Platea, encarnada por un tenor travestido. En Versalles no se lo tomaron mal y le ascendieron a Compositor de la Corte (!).

Pilar de la ópera francesa, en su primera incursión humorística Rameau hizo gala de una ironía suprema. La partitura ridiculiza a los dioses, parodia las coloraturas, imita con onomatopeyas el croar de las ranas; incluso se burla de la duración de los bailes. Joya del Barroco, regresa ahora a la Ópera de París. Dirige un especialista en comedias como Laurent Pelly (quien también diseña el vestuario, con el icónico vestido del personaje de La Locura). De protagonista, el prestigioso Lawrence Brownlee.